Bueno que pasa, ¿nadie me va a dar un beso?
martes, 10 de enero de 2012
mal
Como los juguetes rotos, estoy aquí tirada en el cajón del olvido. Sabía que iba a ser duro, pero no esperaba tanto ensañamiento. Desde el sofá sólo acierto a poner una y otra vez el video que grabamos ilusionados hace tan solo unas semanas, aquel en el que decías que tú y yo estaríamos siempre juntos. Ahora lo pongo y lo pongo, y lo vuelvo a poner una y otra vez, una y otra vez, y no alcanzo a comprender. Tú te has ido. Ni siquiera ha nacido el bebé y tú ya no estás. Me lo has dicho con gran corrección, has usado bellas palabras. Tan bellas que no he entendido ni una sola. No paro de darle vueltas a tus explicaciones, y cada vez las entiendo menos, y las palabras se entremezclan, y son sustituidas por otras, y se confunden, se alteran, se distorsionan, y el discurso que martillea mi mente ya no es ni de lejos parecido al original. Y me da rabia no recordarlo, como si estuviera olvidando por completo las claves que me pueden llevar a descifrar el misterio. Solo recuerdo tus manos, el olor de tu pelo, y a ti, de pie frente a mí, diciendo: "no me entiendes, Sara, no me entiendes"
Y no, no te entiendo.
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