Bueno que pasa, ¿nadie me va a dar un beso?

lunes, 13 de octubre de 2014

El Silencio



Hay dos maneras de obtener el silencio.

Una es ganándoselo a pulso. A base de no escuchar, de ir siempre a lo suyo, uno se termina ganando el silencio.

También puede uno obtener el silencio injustamente. Involuntariamente. Solo tienes que tropezar con uno de esos que se ganan el silencio a pulso.

Y entonces es cuando ocurre. El silencio es la pared más sólida y opaca. Indestructible y destructiva, te destroza los nervios, la paciencia, la autoestima, la esperanza y las ganas de luchar. Por muy hijo de puta que hayas sido, cuando te sientan en el banquillo del silencio, la tortura es insoportable. Tras el silencio solo queda la desolación.

Es muy triste ver la espalda de alguien alejarse para siempre.

4 comentarios:

  1. Esta entrada llevaba escrita más de dos meses

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  2. a mi me caen mal las personas que se ganan el silencio a pulso pero luego no aceptan tu silencio. La jodida ley del embudo. No, niña, no siempre ver la espalda de alguien alejarse es triste, y si te pones triste, te das la vuelta y dejas de verla. A tomar por culo!

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  3. Me gusta la gente silenciosa; son las que se expresan con gestos.

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