Dos ciegos. No se ven
abren la puerta a los truenos.
No hay ganas
de nada.
Dos sordos. No se oyen
sacan los sables
rompen los platos.
Dos ciegos, no se oyen.
Dos sordos, no se ven.
Ni hay ganas
de reírse las gracias.
De nada
Bueno que pasa, ¿nadie me va a dar un beso?
martes, 29 de julio de 2014
domingo, 27 de julio de 2014
Tomates
Cuando te echo de menos, como tomates.
Ese sabor y olor inconfundibles, me recuerdan a ti, a tus manos cortándolos en pedacitos. Y al igual que tú, les echo aceitito, vinagre y sal. Pico y pico, y lleno un plato. Y luego me lío a comer.
Son tantas las cosas encerradas en el recuerdo alrededor de tu figura, de esos momentos pequeños, insignificantes, tan cotidianos para ti y tan grandes para mí, que no puedo evitar que ese aroma a huerta te traiga de vuelta en mi cabeza. Para ti esos momentos no eran más que acciones mecánicas: no te dabas cuenta de que yo estaba tomando nota. De que los estaba guardando para siempre en mi cajoncito.
Así que cuando te echo de menos, como tomates, y el momento es infinitamente placentero. De pronto soy de nuevo esa niña sin manchas, sin errores cometidos, de pronto todo cobra sentido, y todas mis faltas me son perdonadas.
Enseguida comprendo que en realidad todo es más sencillo, que siempre hay motivo para mantener encendida una ilusión, la que te traen esas pequeñas cosas, una ilusión que se satisface de modo inevitable e inmediato, descubro que estoy en paz con todo y con todos, y en especial conmigo misma... Y por eso, cuando te echo de menos, como tomates.
domingo, 20 de julio de 2014
Contras y pros
Son muchos los contras, y pocos los pros. Mejor dicho, Son todos los contras, y ninguno el pro. Es inconcebible. Ni siquiera sabes que existo, eres un tío genial. Y yo no valgo un duro.
Son todos los contras, y ninguno el pro, pero déjame soñar despierta. Déjame imaginar, mientras espero a mi niña a la puerta del cole, que me desnudo entre tus brazos, que me acaricias, que se estremece mi cuerpo y se me eriza el vello, déjame soñar que nos comemos la boca, y que luego echamos un polvazo antológico.
Nunca te alcanzaré, sólo soy la servilleta arrugada que pisa tu suela al pasar por la calle , pero soñar es libre, gratis, y a la carta.
(Cobarde de mierda...)
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