Bueno que pasa, ¿nadie me va a dar un beso?

domingo, 27 de julio de 2014

Tomates

Entre mis recuerdos by Luz Casal on Grooveshark

Cuando te echo de menos, como tomates.

Ese sabor y olor inconfundibles, me recuerdan a ti, a tus manos cortándolos en pedacitos. Y al igual que tú, les echo aceitito, vinagre y sal. Pico y pico, y lleno un plato. Y luego me lío a comer.

Son tantas las cosas encerradas en el recuerdo alrededor de tu figura, de esos momentos pequeños, insignificantes, tan cotidianos para ti y tan grandes para mí, que no puedo evitar que ese aroma a huerta te traiga de vuelta en mi cabeza. Para ti esos momentos no eran más que acciones mecánicas: no te dabas cuenta de que yo estaba tomando nota. De que los estaba guardando para siempre en mi cajoncito.

Así que cuando te echo de menos, como tomates, y el momento es infinitamente placentero. De pronto soy de nuevo esa niña sin manchas, sin errores cometidos, de pronto todo cobra sentido, y todas mis faltas me son perdonadas.

Enseguida comprendo que en realidad todo es más sencillo, que siempre hay motivo para mantener encendida una ilusión, la que te traen esas pequeñas cosas, una ilusión que se satisface de modo inevitable e inmediato, descubro que estoy en paz con todo y con todos, y en especial conmigo misma... Y por eso, cuando te echo de menos, como tomates.

3 comentarios:

  1. joder! menos mal que ibas a escribir entradas menos tristes

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    1. Hola Maripili, me alegra verte por aquí. Como dijo el forense, vayamos por partes. Lo primero, paciencia. Lo segundo, no olvides que el concepto de optimismo de la niña del sur es un poco peculiar. Y tercero...

      realmente todo esto son toques de atención. El tiempo pasa. Cuando somos jóvenes lo desperdiciamos, cuando nos empezamos a acercar a los 40, lamentamos el tiempo desperdiciado. Y la realidad es que entre el tiempo perdido por no valorarlo, y el que perdemos añorando tiempos pasados, la vida va pasando de largo por delante de nuestras narices, Y ahí entran los tomates, valorando las pequeñas cosas, entran el echale cojones y dile a ese tío que te gusta, aunque te consideres una mierda comparada con él, porque igual te llevas una sorpresa. Y ahí entra lo que decía no hace mucho: que hay que aprender a acompañarlo en el camino, disfrutar del tiempo que nos queda, de las pequeñas cosas, y de los tiempos pasados y sus enseñanzas. Ojo, disfrutar digo, no torturarse...

      esa es la filosofía que subyace en todas estas entradas. A mí me parece optimista

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    2. ¿En serio, Sara?
      No sé sí será porque últimamente no duermo bien, o porque el oído no deja de zumbarme, o porque ahora sé más cosas sobre ti de las que me gustaría, pero la verdad, es que cada vez te reconozco menos, Sara.

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