Hoy he estado investigando una de las recomendaciones musicales de rayajo, y he encontrado esta pequeña maravilla
Estoy en mi ventana, de nuevo contemplando a Roxanne. Me estoy empezando a quedar dormida, apoyada sobre el alféizar de la ventana, y por tanto ignoro que todo lo que va a pasar a continución es un sueño. Lo sabré cuando me despierte. Pero por ahora no. Para mi asombro, Roxanne me ha hecho señas. Con un gesto inequívoco de su mano me ha dicho: ven, para desaparecer de la ventana inmediatamente. Me quedo unos segundos pensativa, hipnotizada por el leve vaivén de las cortinas de su ventana. Y de repente caigo en la cuenta: ¡me ha dicho que vaya!
Cojo corriendo el bolso y las llaves y salgo a la calle. Allí, plantada delante de su portal, está Roxanne, mirándome fijamente. Es más alta de lo que yo había imaginado. Cruzo la calle, no sin antes mirar a ambos lados, qué tontería, si por esta calle apenas pasan coches, y me acerco a ella. Me mira fijamente a los ojos y me pregunta: ¿Cómo sabes que me llamo Roxanne? Estoy atónita. Sin darme apenas tiempo a pensar una respuesta, me dice: es igual, sígueme, y comienza a caminar. Es raro, pero nunca me había dado cuenta de que al doblar la esquina de mi calle se acaba la ciudad. Es decir, no se acaba, pero ahora sí. Es muy raro. Pero ahí voy yo, siguiendo a Roxanne por medio de un sembrado. Mientras caminamos, me fijo en su vestido de tirantes, de color crudo y estampado con margaritas. Lleva unas merceditas y calcetines de crochet. Qué raro, medito. Yo no me la había imaginado así. Pero cómo me la iba a imaginar si hasta ahora nunca había visto más que su cara en la ventana.
Hemos salido del sembrado y entrado en una zona boscosa. Hay cientos de árboles cuya existencia yo desconocía. Estoy por pregunatrle qué lugar es este, pero inexplicablemente, hace rato que he optado por seguirla en completo silencio. Poco después salimos a una zona más despejada , hasta llegar a la boca de un tunel. Y allí, dentro del tunel, hay un tren. Es curioso, porque no había visto ninguna vía hasta llegar allí dentro, pero ahora, al mirar hacia afuera, me doy cuenta de que sí que la hay. O tal vez la acaben de poner. El tren no es un tren de los de ahora, sino una vieja locomotora, de esas de vapor, parada en medio de unos railes inexistentes de nuevo, pero con el motor en marcha. Como si llevara allí toda la vida esperando no sé bien qué. La hierba está muy crecida alrededor de sus oxidadas ruedas. La máquina de vapor humea incesantemente. Roxanne se vuelve hacia mí y me dice: Ya hemos llegado.
¿A dónde? pregunto yo.
Roxanne me responde: No sé. Dímelo tú.
Estoy dando vueltas, buscando el modo de llegar a casa. Pero no sé si seré capaz a estas alturas de desandar todos los pasos dados. De pronto caigo en la cuenta de que Roxanne ha desaparecido. Ni siquiera recordaba qué hacía aquí, ni que había venido siguiéndola a este tunel que ya no es un túnel, porque ahora estoy en una iglesia. Las abuelas, arrodilladas en los reclinatorios, rezan frases sin sentido y alimentan su fe encendiendo velas que embalsaman con cera todas las heridas que el tiempo y la vida les han causado. Lo importante es que ellas creen, aunque no tengan ni idea de lo que están diciendo. Hay veces que no entiendo ciertas cosas. Pero también a veces me gustaría ser capaz de creer en algo. Una cosa es sentirse sola, pero otra muy diferente, sentirse vacía.
De pronto pienso que solo soy un pedazo de basura cósmica que cayó aquí por simple casualidad. Que da igual si soy una princesa o una mendiga. Noble o villana. Ladrona o policía. Guapa o fea. Hija única o madre frustrada. Igual que Roxanne, que de nuevo me mira fijamente a los ojos, y me dice: Bueno, qué, ¿vamos?
Abro los ojos: las cortinas ondean.
No es tan raro este sueño... Es normal.
ResponderEliminarVacía?. Yo creo que no. Tienes en tu interior un remolino inmenso de llenos. Además a tu prota la has vestido de margaritas, y esos pétalos iluminan y pacifican los momentos presentes.
ResponderEliminarNo conozco ninguna ciudad que no tenga DOS puertas, una de entrada y otra de salida. Desagóbiate. Y ahora me diras que es ficción no?
POSDATA: Este Duran Duran es muy duro! Me gustan
más otras canciones de Duran.
Yo no sabía que los Duran Duran tenian cosas tan profundas. Creía que eran unos poperos de tres al cuarto, pero me equivoqué. El Ladymadonna es una jodida enciclopedia de la música.
ResponderEliminarY Mónica, sí, era todo ficción. Roxanne es de verdad. Una vecinita que se pasa el día en la ventana, ya hablé de ella en otro post, aunque el nombre es inventado. Pero este sueño no lo soñé. Lo escribí bajo la influencia de 4 botellines de cerveza de una marca que me recomendaron, que se vende en el Mercadona, y que voy a dejar que Rombo adivine.
¡Nos vemos en el tomate!
¿Ámbar tu también?
ResponderEliminarJajaja no sé, yo le recomendé la ámbar y la 1925... no sé a cuál de las dos se referirá...
ResponderEliminarMenos, menos enciclopedia cariño, no te pases... Ese grupo estaba en la cresta de la ola cuando yo era un chaval. Pero que se le malentendió es cierto, sus primeros trabajos eran soberbios... Has escogido una joya, aunque me quedo con The 7th stranger