Bueno que pasa, ¿nadie me va a dar un beso?

lunes, 11 de enero de 2010

Noche

Paseo por mi casa, reconociendo cada palmo, como si estuviera comprobando los destrozos de una catástrofe imaginaria. Suelto el bolso sobre la encimera de la cocina, y la barra de labios cae, como siempre, al suelo. Levanto las persianas, me pregunto para qué, si es de noche. Recorro todas las habitaciones, apuñalando el silencio con mis tacones de aguja, incluido ese dormitorio de Peter Clan que no creo que jamás nadie utilice. Por qué no me he quitado aun los malditos zapatos es algo que no sé responder. Me los quito. Silencio. No se oye ni una mosca. Tiré todos los relojes a la basura porque su tic tac me volvía loca. Me voy a la cama. No me he duchado. Lo haré mañana. Tengo demasiado sueño. Silencio.

5 comentarios:

  1. Estremecedor y sensual relato... He mantenido la respiración hasta que te has quitado los zapatos... He oido el silencio...

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  2. ¡Gracias! Vengo de tu blog. El intercambio es placentero para mis sentidos.

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  3. A mí también me ha dejado perpleja este relato.
    ...sigo buscando la palabra que lo defina...

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  4. Voy de blog en blog, siguiendo vuestro rastro, y no contengo la respiración... me divierte muchísimo el juego.

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  5. Yo sabía yo que alguna vez había escrito algo parecido...

    Silencio

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