Me compraré un delantal, para que en él puedas enjugar tus lágrimas, un sujetador de encaje que dé realce a mi pecho, para que puedas apoyar tu cabeza en él, y ahogar tus sollozos. Habré bañado mis manos en crema hidratante, para que al acariciarte, te transmitan esa sensación de paz y protección que tú tanto necesitas.
Me meteré en tu cama, me haré un huequito bien pegadita a ti, donde pueda transmitirte mi calor, ese calor que te proteja de estas noches tan frías que te ha tocado vivir, y desde allí sentiré en mis muñecas el palpitar de tu corazón, del que tanta poesía sale, y me embriagaré de tu relajada respiración, que tanto relaja, y que me transmite tanta paz.
y cuando despiertes y me veas allí, te diré, tranquilo, relajate, tu hada madrina está aquí, tranquilo, nada malo va a pasarte, todo se va a solucionar. Luego contaré hasta tres, y no recordarás nada. Uno... dos... Tres!
Qué chulo!
ResponderEliminarAhi está de nuevo mi niña !!! Todo vuelve a funcionar de maravilla...Un poco más de paciencia y ya, todo como antes. Besos.
ResponderEliminar¿Como está mi niña del sur favorita?
ResponderEliminarEsto es pura poesía.¡ Maravilloso!
ResponderEliminarAnimo, Sarita.
ResponderEliminarNena sacúdete el polvo y cuéntanos algo...
ResponderEliminarGracias Lady Madonna. Sabes que siempre estaré en deuda contigo
ResponderEliminarGracias Rombo, mi incondicional y admirado seguidor. Poco a poco se van encajando los huesos en su sitio, sí.
Gracias pepa, si eres quién yo creo que eres, he de confesarme abrumada, ruborizada, y emocionada por tu comentario. Y si no lo eres, también.
Gracias Jóse. Eres un caballero.
Sentir la admiración de la gente a la que admiras es un placer indescriptible