Bueno que pasa, ¿nadie me va a dar un beso?

domingo, 21 de marzo de 2010

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Esta noche me apetece de nuevo pasear, así que voy a tener que calzarme de nuevo las alas, para realizar otro vuelo rasante.

Partiré bien entrada la noche, saltándome todas las reglas de la navegación aérea, y evitando sobrevolar los desafiantes y engreidos cielos de las grandes ciudades vacías de sentimiento, porque para encontrar a éste, habré de dejarme llevar hasta que note la caricia del cierzo en mis mejillas, y será entonces cuando empiece a describir círculos concéntricos, cada vez más cerrados, sobre tu tejado, para dejar caer la brillante purpurina que envuelve el cielo de mi ciudad cada vez que tu música suena, y que yo recojo en mi humilde mochila.

Después retornaré a mi jaula, mientras los barrenderos de la madrugada, arrastrando su pesada carga de realidad, eliminan de las aceras los restos de la magia con sus escobones, pero es posible que tú, que sabes encontrar las palabras justas en las entretelas de los diccionarios, y los acordes justos en las de los pentagramas, adviertas el brillo especial que resistió al asedio, entre las juntas de las baldosas.

3 comentarios:

  1. Bonita canción para acompañar ese vuelo nocturno. Te deseo una cosa, sólo una, pequeña, y fácil: que la persona que tiene que leer esto lo haga.

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  2. Si que estaría bien que lo leyese, sí...

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  3. Si estas viva... di si... aunque sólo sea eso.

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