Dice el niño escritor que soy una sentimental. Reconozco que sí. Que soy una romántica empedernida, aunque ningún hombre haya sido capaz aún de encontrar el botoncito que enciende esa faceta mía. Bueno, miento. Hay uno: Eros Ramazzotti. Este tío me pone loca. Guapo, atractivo, buen cantante, buen compositor, buen marido, buen padre. Me gustan los cuerpos danone, y me gustan los tíos buenos, y si son italianos, mejor. La que no haya tenido el placer de sentir a un italiano susurrandole cosas al oído, no sabe lo que se ha perdido, ni puede saber de qué hablo. Lo que pasa en mi caso, es que era un estúpido y un engreido. Pero estuvo divertido.
Me gustan los tíos que saben a qué se dedican. Los tíos que tienen las cosas claras. Me gustan los tíos que se comportan como hombres, los tíos viriles, que saben estar en su sitio cuando una los necesita, y que si han de llorar, lloran como niños, pero nunca como nenas.
Me gustan los tíos que huelen a hombre
Lástima que los pocos que conozco están pillados. Normal. No me extraña.
Y me gusta desperezarme por la mañana (bueeeeno, a la hora de la comida) con una canción como ésta, que espero que al empezar a leer lo primero de todo le hayáis picado al play, porque por mucho que se llame nostalsong, (canción nostálgica) a mí me parece muy alegre, y me pone las pilas. Me pregunto a qué olerá este tío, pero me imagino que debe de ser una experiencia religiosa.