No llores, por favor, mi niño, no llores. Te prometo que mañana saldré al amanecer y recogeré un ramo de flores para ti. Te prepararé un buen desayuno, y te lo aderezaré con la mejor de mis sonrisas. Tú sabes que yo no soy muy de sonreir, pero lo haré. Por ti lo haré. Por todo lo que tú sabes; porque eres el único capaz de hacerme sonreir, porque te lo mereces. Pero no llores, mi niño, no llores.
Tengo una linterna. Le compraré pilas y la encenderé, mientras la sujeto bien alto, para que veas que no todo es negro. Aguantaré así hasta que se me caiga el brazo, pero no llores, mi niño, no llores.
Cantaré, daré palmas, me vestiré de payaso y haré el pino, contaré chistes malos y me tropezaré aposta para caerme de culo como en esas películas de risa, todo delante de ti, para ti, pero por favor, mi niño, no llores, porque si lloras, mi niño, al final, me voy a poner a llorar yo también, y entonces, ¿quién te consolaría?
Eres un sol. Gracias por el ratico de chat.
ResponderEliminarTodo esto me lo he imaginado hablado con ese acento tan bonito que tenéis los del sur...
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