Bueno que pasa, ¿nadie me va a dar un beso?

miércoles, 18 de mayo de 2011

Susana



Voy a guardar en esa cajita forrada de terciopelo que tan poco me gustó siempre, nuestra última tarde, preciosa, en la que tuviste ese fugaz instante de lucidez. En el que viste a tu tesorito convertida en una exitosa mujer de 34 años. En el que conociste a una preciosa nieta que se llama exactamente igual que tú, porque tu hija hace con los apellidos lo que le da la gana, y saca la tijera y corta y pega a su antojo, que por eso hoy lleva tus dos apellidos con orgullo por todo el mundo y tiró a la puta basura el que le estorbaba. Mi nombre es el que tú siempre quisiste, mi divisa la tuya, tu amor y tus te quieros están tatuados en el envoltorio de mi corazón.

Se que tal vez lo haya hecho muy mal, pero al igual que tú, no vine enseñada. Hemos tenido nuestras trifulcas, pero creo que puedo afirmar sin temor a equivocarme que el mayor honor del que he gozado en mi asquerosa vida ha sido el de ser tu hija.

Adios Susana, adios. Todos dicen que se me da bien, pero hoy no encuentro las malditas palabras para expresar todo el amor que te llevas a donde quiera que vayas.

5 comentarios:

  1. Sara, estoy despistado contigo...

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  2. No uses la palabra malditas, usa por ejemplo oportunas, es mas bonita, como la música...

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  3. No puedo comentarte... si es lo que me temo y he pensado lo siento (si ha sido una proyeccion personal perdona el resbalon). Beso y abrazo fuerte...

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  4. Vaya, no se si esto es un relato o te acaba de pasar realmente. Si es lo segundo lo siento mucho, sería un mal momento para llegar a tu blog y comentar.
    Un abrazo

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  5. Gracias por pasar, y comentar. Nunca es un mal momento, para nadie. Gracias.

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