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No sé cómo es posible, pero, sin falta, todos los veintinueves de agosto, me acuerdo de ti, y repito el mismo ritual. Recojo velitas de todos los colores, aromas y utilidades. Es algo que tengo preparado porque me paso el año comprándolas dondequiera que voy. Las dispongo por toda la casa, y creo ese pasillo mágico por el que se iba al lugar donde las preocupaciones no tienen cabida. Por ese mismo que mamá recorrió contigo la noche que os enamorasteis. Te debo que la hicieses feliz, aunque solo fuera por un tiempo, aunque claro, tú no tienes la culpa... pobre.
Saco un mechero de cocina de esos largos con llama, y voy encendiendo pacientemente una a una todas las velas, más de 300. Y conforme avanzo, voy apagando luces. Entonces es cuando la casa adquiere ese aspecto de paraiso terrenal. Es cuando la apariencia de las cosas se transforma, y muchas de las idioteces que compré, y que acumulo en los estantes, coban sentido. Voy al baño y abro los grifos de la bañera, y la lleno de toda clase de potingues que supongo que han de hacer más agradable y placentero el baño. Me desnudo y voy al salón. Es de noche. Todas las ventanas abiertas, pero nadie me ve. Solo la luna, cuando hay, claro. Me acerco al equipo de música, lo enciendo, y le hago tragar el "Wish you were here" de Pink Floyd. Con la mano que no tengo ocupada con el mechero, cojo el mando a distancia del equipo, y le doy volumen. Y mientras la música lo va envolviendo todo, me tumbo en el suelo, que es lo único que está medio frío, y noto el escalofrío recorrer mi espalda. Dura poco. Rápidamente el calor de mi cuerpo contagia a las losas de marmol, estamos en agosto.
Tengo un porro preparado. Lo enciendo con el mechero, y le doy varias caladas. Al lado tengo una botella de "Convento de San Francisco". Me sirvo una copa, tomo un sorbo, cierro los ojos y visualizo.
"Llevate a la niña, Juan. Seguro que lo pasará bien. Te adora, y todo lo que hagas le gustará. Yo no tengo muy buen cuerpo, me duele un poco la cabeza, y no quiero aguarte la fiesta"
¿Estás segura de que no quieres que nos quedemos?
"De verdad, Juan, de verdad. Iros vosotros, amor. Me apetece regar las plantas, ponerme un poco de música y descansar. Venga, que se os hará tarde."
"Venga, vamos, Sara, vente conmigo, vamos a ver esa verbena"
Caminamos por la calle. Todo es luminoso y de colores. El aire hace volar mi pelo, y a mí me gusta. Ay, Juan, Juan, mi querido Juan. Por qué no encontrarías tú a mi madre antes que el cabrón de mi padre. A lo mejor ahora mamá tendría una hija más normal. Nunca quisisteis tener hijos. No se por qué, no sé por quién. O no sé si no dio tiempo. El cáncer de páncreas no da muchas oportunidades, ¿verdad, Juan?
Nos acercamos al escenario. Una orquesta de verbena se dispone a tocar. Algunos piden el éxito de moda, pero la orquesta está tocando a un volumen inusualmente bajo. De repente me miras con los ojos como platos y me dices: ¡Sara! ¡¡Es Pink Floyd!! ¡No me lo puedo creer, están tocando una de pink floyd! Escucha esto. Suena exactamente igual.
Abro los ojos, el porro está casi extinguido. Lo apago y vuelvo a cerrar los ojos. Hemos vuelto a casa, mamá ya está dormida. Ponme esa canción otra vez, Juan. Mientras se escucha de fondo, "You were caught on the crossfire of childhood and stardom, blown on the steel breeze." Juan y yo bailamos abrazados, bueno, yo abrazada a él, y pienso que por fin las cosas están en su sitio. Es mi último recuerdo de esa noche. Con las últimas notas del saxo... "venga morenita, vete y a la cama, que es muy tarde. Yo voy a ver cómo sigue tu madre"
Abro los ojos. Me incorporo. Levanto mi copa, y brindo por ti.
Te echo de menos. Hoy no es veintinueve de agosto. Me he acordado por otra cosa. Aunque igual, sí... ¡qué coño! ¿Dónde están esas malditas velas?
Desde Linares, Andalucía, buenas noches a todos.
Magistral Sara....Magistral. No tengo casi palabras...
ResponderEliminarHay frases: "...con la mano que no tengo ocupada..." o "...el calor de mi cuerpo contagia a las losas de mármol.."
¿Quién eres Sara????
Yo también, sin P A L A B R A SSSSS.
ResponderEliminarAhora no puedo escuchar las canciones .Esta tarde comento...
29?
Qué P A S A D A!. Si esta mañana en el trabajo me he quedado aturdida, aquí y ahora estoy doblemente aturdida. Esa música me ha creado un halo celestial en todo mi salón. Si, ese salón que aquella noche estaba vacío, ahora brilla de compañía.
ResponderEliminarCreo que ha sido una fusión tal, entre bellísima historia y canción...Sencillamente completa.
No he fumado nunca y detesto el olor a tabaco, pero ese porro es especial!
Estoy nuevamente encantada
POSDTATA: y el final: " aunque sí..." Y el número...
Me asombra la capacidad que tienes para fundir música y palabras. En tu caso el resultado siempre es más que la mera suma de las partes.
ResponderEliminarQué bonita frase le has puesto a la niña. Has detallado a la perfección lo que ha significado su post
ResponderEliminarnena eres el amor de mi vida...
ResponderEliminarEscalofrío!!!
Esto es maravilloso! Un buen post y mejor canción
ResponderEliminarEstoy volviendo a escucharla porque me encanta. Super romántica. Buena música para haber podido celebrar la noche de S. Juan contemplando (aunque sea desde un balcó) el mar.
ResponderEliminarQué pacíficos son les oiseaux!
ResponderEliminarSi se pudiera saborear el cielo, seguro que sabría como esta preciosa melodía.
ResponderEliminarAndrés Calamaro tampoco se queda...