Cuando era niña ya estaba aquí. Y siempre que íbamos a la capital, o a cualquier otro lugar, como por ejemplo, la playa, teníamos que pasar por delante, y siempre llegaba por las ventanillas ese olor inconfundible. El olor a galletas. Es la fábrica de cuétara en Jaén. Hoy he estrenado el coche nuevo pasando por delante una vez más, con las ventanillas bien abiertas, y aspirando esa maravilla. Ojalá no se la lleven nunca de aquí.
Conozco ese olor!! Yo he pasado por allí muchas veces...
ResponderEliminarYo me acuerdo los sábados por la tarde después de comer y viendo la película, de coger la caja de cuétara y que buenas estaban. Sobre todo la galleta del envoltorio de chocolate (en este caso además de olearlas, sobre todo comerlas...)
ResponderEliminarQué años aquellos! Cuando luego después de la peli por la tarde-noche dejábamos de jugar en la calle con las amigas para ir a ver vacaciones en el mar o los ángeles de Charlie...
A mi me encantan las galletas Cuétara. Toda mi familia las tomamos para desayunar. Mi hijo el pequeño parece el monstruo de las galletas ...
ResponderEliminarEstas con los olores...Sara... Me gusta ese recorrido olfativo que has creado.
ResponderEliminarMis favoritas sin ningun tipo de duda ni reserva, son las campurrianas.
ResponderEliminarPor cierto, encanto, que se puede cambiar el reloj del blog para que muestre la hora real, que estaba yo pensando en las horas tan intempestivas que tenía Rombo de dejar a dos velas a la chica globo para hacerte comentarios, hasta que me he dado cuenta de que yo no suelo almorzar a las 7 de la mañana...
ResponderEliminarGracias corazón por las correcciones del post sobre informática, y por leertelo, y por decirme que lo has entendido... eres una enferma de las tildes y los signos de puntuación, sabes?
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