Es un olor difícil de describir. Pero hace que me sienta bien. No está en las flores. Ni en el aire. No está en los perfumes de las señoras que me voy cruzando, ni tampoco en el de los tíos buenos. Tampoco está en los tubos de escape de los coches, ni en las cocinas de los bares, que a a estas horas ya frien el pescaíto. Hoy me parece que está en mí, en mi cabeza.
Voy pensando en lo que me iba a perder. Pensando en el milagro. Cuando estaba allí tirada alguien vino y me tendió la mano. Y me dijo: "Tranquila, hemos llamado al 112 y ya mismo te van a sacar de ahí" Recuerdo que contesté: "No me dejes sola por favor". Y ella me dijo: "¿Estás de broma?", y me apretó la mano. Fue la última vez que escuché su voz, excepto por una llamada de teléfono. La escuché hablar. "Tardamos un poco más, hay un accidente en la carretera... no, no, nosotros no, tranquila mamá, pero hay una chica... no me explico cómo está viva... estamos esperando la ambulancia, luego te cuento". Recuerdo mis lágrimas corriendo por mi frente. Me pregunto si me la voy a cruzar algun día por las calles de mi ciudad, y si será de aquí, o de los alrededores, y si reconoceré su voz, si será feliz, o si se pintará las uñas de rojo o de rosa, o si se llamará Rosa, o Pepa, o María del Mar.
Hoy he salido a pasear, y he sonreido por segunda vez. He sentido todas esas cosas que no se sienten cuando estás encerrado entre cuatro paredes. Me he comprado una cámara de fotos y he inmortalizado el momento. Y convencida de enseñar a todos lo más representativo de mi Linares, me he atrevido yo solita, andando, pasito a pasito, hasta las ocho puertas, y allí, mientras apretaba el botoncito, me he sentido, por primera vez en mi vida, la mujer más feliz del mundo.
Y prometo que no voy a desperdiciar esta segunda oportunidad.
Me voy a estrenar el coche, a buscar nuevos olores. Por ahí. A vivir.
Olor a felicidad, a alegría. Estar bien sin más.
ResponderEliminarEnhorabuna!
A coger la bici para ir a Peralta con Rombo,ja,ja.
Fenomenal... Bravo... Ha sido el relato más real y estremecedor y a la vez positivo de un accidente. Habría que obligar a que tu relato se leyera en las autoescuelas como una lección más, y así que la gente vea lo que puede pasar; y que no siempre hay una segunda oportunidad. Bravo, a por ella... cógela con ambas manos. Te mando muchos besos (y no le hagas caso a Silvu, que con tanto Isostar se le ha recargado la cabeza. La bici para paseos cortos. El coche para los largos -con cuidado-).
ResponderEliminarSí, nene. Si no fue por correr. Es que me quedé dormida. El relato no tiene ningun mérito: sólo cuento lo que paso en realidad.
ResponderEliminarSilvu, gracias. Y ahora paso a contaros otra
Me alegro de leerte, morenaza. Esto de los olores mola. Tienes más por ahí guardados?
ResponderEliminarEnhorabuena, niña, por tu energía y tus ganas de vivir la vida ... mucho ánimo !!!!!
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